Colombia firmó sus Acuerdos de Paz en 2016, poniendo fin a 60 años de conflicto interno que se desarrolló en las fronteras agrícolas y forestales...
...que cubren grandes franjas del país, incluida la región amazónica. Un principio fundamental de los Acuerdos de Paz es la reconciliación y la reintegración de los excombatientes en la sociedad. Actualmente, este proceso se está llevando a cabo de diversas maneras en todo el país, y la región amazónica presenta una necesidad y una oportunidad únicas.
La Amazonía colombiana comprende seis departamentos y cubre un área de 403.000 km, lo que representa un 42% del país. El conflicto armado en Colombia dejó a las poblaciones locales a merced de la violencia e indujo a la participación en actividades ilegales -en concreto, la producción de coca- o a la emigración forzosa. Tras la firma de los Acuerdos de Paz, algunas de estas amenazas han disminuido, pero en su lugar llegan oleadas de inmigración de particulares y del sector privado, lo que crea un desequilibrio en el proceso de reintegración y una creciente demanda de tierras, con el resultado de una mayor deforestación de los cultivos tradicionales y la ganadería.
Es urgente cambiar la dirección de este proceso y proteger la Amazonia y a sus habitantes de ciertos modelos de producción agrícola y actividades ilegales que siguen representando amenazas sociales y medioambientales. El cacao es un ejemplo de alternativa de cultivo sostenible y equitativo que puede mitigar los impactos negativos de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales en los departamentos amazónicos de Caquetá, Guaviare y Putumayo.
Hace cinco años, Colombia firmó el acuerdo Cacao, Bosques y Paz, para promover modelos agroforestales de cacao que limiten la frontera agrícola, protejan los bosques y proporcionen un uso adecuado de la tierra para promover la paz. De este acuerdo nació el programa Cacao para la Vida como programa ejecutor y ayuda a las familias productoras de cacao a diseñar arreglos agroforestales centrados en el cacao y modelos de negocio sostenibles que cumplan con las metas del Plan Amazonía 2030.
Este año se inició la segunda fase del programa que busca consolidar los avances actuales y crear una marca distintiva de Cacao Amazónico Sostenible de alta calidad. Además de ser totalmente rastreable, este producto busca beneficiarse de su mapa regional único de sabores y aromas.
Como parte del programa Cacao para la Vida, ALISOS, con el apoyo de la Fundación Carlota, presentó recientemente un nuevo mapa sensorial, que es una descripción geográfica de aromas y sabores, para la Amazonía colombiana. Este mapa, que rastrea las características de aroma y sabor derivadas de la cosecha y de los métodos de fermentación y secado, así como de las condiciones del microecosistema, sirve de importante herramienta para que los agricultores comprendan las cualidades únicas de su producto y ayuda a colocar su cacao en mercados nacionales e internacionales de valor añadido.
Como resultado, se observó que el cacao en Caquetá presentaba sabores amaderados, muchos frutos secos y un fuerte sabor a cacao. En Guaviare y Putumayo, los sabores florales y frutales eran comunes. A partir de estas diferencias, se elaboraron barras de chocolate que se entregaron a los agricultores para que pudieran entender cómo sus decisiones de producción y procesamiento en la finca se reflejan en el producto final de consumo. Estas actividades de cartografía, elaboración y degustación son fundamentales para la creación de una identidad cacaotera para la región amazónica.
Para fortalecer la red regional del cacao, ALISOS promueve también la interacción entre asociaciones y productores, y la creación de cohesión y unidad comunitarias. El intercambio de información y datos sobre sistemas agroforestales, junto con el apoyo de conocimientos técnicos y prácticos, es esencial para consolidar a los agricultores y las comunidades en una sociedad funcional que pueda apoyar el Acuerdo de Paz y, con suerte, crear un futuro equitativo y sostenible con mejores medios de vida rurales.